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Si estás buscando expandir tu equipo y dar oportunidades a jóvenes talentos, contratar a un becario puede ser una excelente opción.
Contratar a un becario puede aportar energía fresca y nuevas ideas a tu empresa, al tiempo que brinda una valiosa experiencia a los estudiantes y recién graduados.
Sin embargo, este proceso puede resultar un poco complicado si no estás familiarizado con los pasos necesarios. Pero no te preocupes, ¡estoy aquí para ayudarte a navegar por este terreno!
Cuando se trata de contratar a un becario, existen diferentes tipos de contratos que puedes considerar según las circunstancias. Aquí te presento algunos de los contratos de becarios más comunes para que elijas el que mejor se adapte a tus necesidades.
Una de las opciones más comunes al contratar a un becario es establecer un convenio de prácticas educativas. Este tipo de contrato se realiza en colaboración con la institución educativa en la que el becario está matriculado.
Para poder establecer un convenio de prácticas educativas, es fundamental que el becario esté inscrito en un centro educativo reconocido y que las prácticas estén relacionadas directamente con su plan de estudios. Este tipo de contrato se enfoca en ofrecer una experiencia práctica y formativa al estudiante, complementando su formación académica.
La duración del convenio de prácticas educativas puede variar, pero generalmente está limitada a un máximo de 2 años, aunque la duración suele ser mucho menor. El período de prácticas se debe ajustar a los requisitos del centro educativo y la normativa vigente.
El convenio debe incluir un programa formativo que especifique las tareas y actividades que el becario llevará a cabo durante su período de prácticas. Este programa debe ser acorde con los objetivos educativos del estudiante y proporcionarle una experiencia de aprendizaje relevante.
Durante el convenio de prácticas educativas, el becario debe contar con un tutor académico designado por su institución educativa, quien supervisará y evaluará su desempeño. Además, la empresa debe designar un tutor en el lugar de trabajo, quien será responsable de guiar y orientar al becario durante su período de prácticas.
En el caso de los convenios de prácticas educativas en España, la empresa no está obligada a pagar una remuneración económica al becario. Sin embargo, es común que se le otorgue una ayuda económica o una bolsa de ayuda para cubrir los gastos relacionados con las prácticas, como transporte o alimentación.
Desde el 1 de enero de 2024 todas las empresas están obligadas a cotizar y por tanto a dar de alta en la Seguridad Social a los becarios, con independencia de que realicen prácticas remuneradas o no remuneradas.
Este tipo de prácticas permite al becario adquirir experiencia laboral relacionada con su campo de estudio mientras aún está estudiando.
El becario deberá estar matriculado en un centro educativo, cumplir con los criterios establecidos por la institución educativa, establecer un acuerdo entre la institución educativa, el estudiante y la empresa, contar con un seguro de responsabilidad civil y cumplir con las normas laborales y de seguridad para acceder a unas prácticas remuneradas o no remuneradas
La duración de las prácticas extracurriculares en España puede variar según el acuerdo establecido entre la institución educativa, el estudiante y la empresa.
Generalmente, suelen tener una duración mínima de 2 meses y máxima de 9 meses, aunque esto puede depender de las regulaciones específicas de cada institución y de las necesidades de la empresa.
Durante las prácticas extracurriculares, la empresa debe designar un tutor que supervise y oriente al becario en su experiencia laboral. Este tutor puede brindar apoyo y retroalimentación al estudiante, ayudándole a aprovechar al máximo la oportunidad.
En determinadas ocasiones, es posible que tenga un tutor en el propio centro que se encargue de supervisar la estancia del estudiante en la empresa.
A diferencia de las prácticas educativas, las prácticas formativas pueden estar sujetas a remuneración o no. Esto dependerá de la negociación entre el estudiante y la empresa, y no existe una obligación legal de pago.
Un contrato en prácticas es un tipo de contrato laboral en España que permite a un estudiante o recién graduado adquirir experiencia profesional relacionada con su formación académica.
Algunos requisitos para acceder a este tipo de contrato son haber obtenido un título universitario o de formación profesional en los últimos tres años, o cinco años si se concierta con una persona con discapacidad.
La duración de este contrato no podrá ser inferior a seis meses ni exceder de un año. Dentro de estos límites los convenios colectivos de ámbito sectorial estatal o autonómico, o en su defecto, los convenios colectivos sectoriales de ámbito inferior podrán determinar su duración, atendiendo a las características del sector y de las prácticas profesionales a realizar.
Si el contrato se hubiera concertado por una duración inferior a la máxima establecida, las partes podrán acordar su prórroga, salvo disposición en contrario por convenio, sin que la duración total del contrato pueda exceder de la citada duración máxima.
La retribución por el tiempo de trabajo efectivo será la fijada en el convenio colectivo aplicable en la empresa para estos contratos o en su defecto la del grupo profesional y nivel retributivo correspondiente a las funciones desempeñadas. En ningún caso la retribución podrá ser inferior a la retribución mínima establecida para el contrato para la formación en alternancia ni al salario mínimo interprofesional en proporción al tiempo de trabajo efectivo.
Durante el periodo de prácticas, el estudiante cuenta con un tutor designado por la empresa, quien supervisará su formación y desarrollo profesional. El tutor debe ser una persona con experiencia y conocimientos en el ámbito en el que se desarrollan las prácticas.
Tanto el empleador como el empleado deben realizar las correspondientes cotizaciones a la Seguridad Social. Esto implica que el estudiante en prácticas acumula derechos a prestaciones sociales y cuenta con cobertura en caso de accidentes laborales.
La cotización se calcula sobre la base del salario del estudiante y de acuerdo con las normas establecidas por la Seguridad Social.
El contrato de formación es un tipo de contrato laboral en España que combina la formación teórica con la práctica laboral. Está dirigido a personas jóvenes de entre 16 y 30 años que desean adquirir una cualificación profesional. Este límite se elimina para los niveles formativos de grado 3.
Para que puedas contratar a alguien con un contrato de formación, deberá de cumplir los siguientes requisitos:
En este caso, el contrato tendrá una duración mínima de 3 meses y una máxima de 2 años. Además, podrá realizarse en un solo contrato, de forma no continuada, durante diferentes periodos anuales que coincidan con los estudios, siempre que esté contemplado en el plan o programa formativo.
En este caso, el becario recibirá un salario establecido en función del porcentaje del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) que les corresponda según su año de formación (65% el primer año y 85% durante el segundo).
Este salario puede aumentar a medida que el trabajador adquiere más experiencia y cualificación.
Tanto el empleador como el becario deben realizar las correspondientes cotizaciones a la Seguridad Social. El trabajador en contrato de formación tiene derechos a prestaciones sociales y cuenta con cobertura en caso de accidentes laborales.
Dependiendo del tipo de contrato de prácticas que realices, tendrás unas bonificaciones u otras. Vamos a verlo.
Existe una oportunidad para obtener una reducción en las cuotas a la Seguridad Social al contratar a un becario si ese empleado pasa a ser contratado indefinido posteriormente.
Los beneficios incluyen una reducción de 500 € anuales durante tres años en las cuotas a pagar a la Seguridad Social, y en el caso de ser una mujer, la reducción aumenta a 700 € al año.
Los contratos en alternancia sí ofrecen bonificaciones atractivas. La empresa podrá aplicarse una bonificación, durante toda la vigencia del contrato, para este año 2025 de 178,83€, lo cual supone que solo abonará la cuota MEI que asciende a 11,05€.
Además, al finalizar el contrato y si se decide convertir al becario en indefinido, se podrán acceder a los siguientes incentivos:
En definitiva, existen diferentes oportunidades para incorporar sangre nueva a tu empresa, así que no pierdas la oportunidad.
Sin embargo, realizar este tipo de acuerdos conlleva mucha burocracia y trámites infumables. En fin, lo mejor en este tipo de situaciones, ya sea contratar a un becario o cualquier asunto fiscal o laboral, es contar con una asesoría para pymes que te oriente en todo lo que necesites. ¡Deja que otro se encargue de todo el papeleo!